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miércoles, 15 de agosto de 2007

Primavera De Praga

La necesidad de las reformas era planteada ya desde inicios de la década de 1960 por algunos miembros destacados del Partido Comunista Checo, entre los que destacaba el eslovaco Alexander Dubcek. Sin embargo, los sectores más inmovilistas, liderados por el secretario general del partido, Antonin Novotny, se impusieron cegando cualquier posibilidad de reformas
La postura reformista se fue extendiendo por diversos sectores sociales, especialmente los grupos intelectuales, entre los que ya destacaba un joven dramaturgo Vaclav Havel. En el IV Congreso de Escritores de Checoslovaquia, celebrado en 1967, diversas personalidades de la intelectualidad checoslovaca protestaron abiertamente contra las prácticas dictatoriales del partido. La reacción represiva de de Novotny precipitó el cambio. Breznev no le apoyó con
claridad y en enero de 1968 accedió al poder una nueva dirección del partido comunista dirigida por Alexander Dubcek. Dubcek fue el primer eslovaco que accedía al poder en Praga. Junto a medidas de reconocimiento de la nacionalidad eslovaca, el gobierno emprendió una serie de actuaciones liberalizadoras que fueron apoyadas por los medios de comunicación favoreciendo el levantamiento de la censura el día 5 de marzo. Se iniciaba así la "Primavera de Praga".
El siguiente paso vino en abril cuando el Comité Central del PC aprobó el denominado "Programa de Acción" que sintetizaba los principios en los que se debía basar el "socialismo de rostro humano" que planteaba Dubcek y su equipo. Junto a una relativa liberalización económica, se planteó un amplio programa reformista en el terreno político (libre creación de partidos siempre que aceptaran el modelo socialista, igualdad nacional entre checos y eslovacos, liberación de presos políticos) y social (derecho de huelga, sindicatos independientes, libertad religiosa).
El periodo de liberalización política en Checoslovaquia llegó a su final el 20 de agosto de 1968, cuando 200.000 soldados y 5.000 tanques del Pacto de Varsovia invadieron el país. Las críticas desde occidente fueron casi inexistentes, los escritores de izquierda, como Tariq Ali, argumentaron que esto se debía a que los estados de occidente veían el socialismo humano y democrático de Checoslovaquia como una amenaza más grande al capitalismo que el comunismo soviético que, en gran medida, ya estaba muy desacreditado en 1968.
Una década después, la Primavera de Praga "prestó" su nombre a un periodo de aperturismo político en China, conocido como la Primavera de Pekín.

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